La evaluación y el acompañamiento nutricional son componentes fundamentales en el tratamiento integral del paciente con obesidad que será sometido a cirugía bariátrica. No se trata solo de comer menos, sino de aprender a comer mejor, con un plan adaptado a cada etapa del proceso.

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🍽️ Antes de la cirugía: preparación nutricional.
 

Durante el período preoperatorio, el nutricionista cumple múltiples funciones:

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1. Evaluar hábitos alimentarios y deficiencias nutricionales previas, comunes en personas con obesidad.

2. Educar al paciente sobre el nuevo estilo de alimentación que deberá adoptar tras la cirugía.

3. Planificar una dieta previa a la intervención, que favorezca la reducción del tamaño del hígado y el riesgo quirúrgico.

4. Detectar trastornos alimentarios o conductas inadecuadas (como atracones, ansiedad oral o alimentación emocional) que puedan interferir con los resultados.

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El objetivo es preparar al paciente no solo desde lo físico, sino también desde lo conductual y emocional, para que llegue a la cirugía con las herramientas necesarias para iniciar un verdadero cambio.

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🧃 Después de la cirugía: seguimiento nutricional progresivo.

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El rol del nutricionista es igual o más importante después de la operación:

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1. Indicar la alimentación por etapas, desde líquidos claros hasta alimentación sólida balanceada.

2. Prevenir y tratar déficits nutricionales, como falta de hierro, calcio, vitamina B12, proteínas, entre otros.

3. Reeducar al paciente para reconocer señales de hambre y saciedad, masticar correctamente y mantener una hidratación adecuada.

4. Fomentar una alimentación variada, equilibrada y sostenible, que permita mantener el peso a largo plazo sin caer en dietas restrictivas extremas.

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Además, el nutricionista ayuda al paciente a evitar síntomas indeseados como vómitos, dumping o intolerancias alimentarias, y trabaja en conjunto con el equipo para prevenir el reganancia de peso.

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✅ Entonces...

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La cirugía bariátrica es una herramienta poderosa, pero no mágica. El éxito real y duradero depende del compromiso del paciente y del acompañamiento profesional, especialmente en lo nutricional. El seguimiento con el nutricionista permite alcanzar resultados seguros, sostenibles y saludables, asegurando que el paciente no solo pierda peso, sino que gane salud y calidad de vida.